Casi 120.000 personas participaron en la cuarta votación pública organizada por NABU, la Unión Alemana para la Conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad, y su socio bávaro, la Asociación Bávara para la Conservación de las Aves y la Naturaleza (LBV). La avefría recibió el mayor número de votos con 33.289 (27,8%). Le siguieron el mochuelo, la perdiz pardilla, la golondrina común y el halcón abejero.

"El interés por nuestra avifauna autóctona no cesa. Estamos muy satisfechos", afirma Leif Miller, Director Federal de NABU. "Con la avefría, la gente ha elegido un ave que ha disminuido masivamente en muchas zonas debido al drenaje de las praderas húmedas y a una agricultura más intensiva. La nueva ave anual figura como en peligro crítico en la Lista Roja".

Debe su nombre a su reputación

Este chorlitejo, del tamaño aproximado de una paloma, debe su nombre a su característico reclamo "Kie-wit". El aspecto del ave del año es inconfundible, con su plumaje verde metálico brillante o púrpura al trasluz.  También llama la atención el penacho de plumas de la cabeza y las alas anchas y redondeadas. Originalmente, las avefrías vivían principalmente en páramos y praderas húmedas. Hoy en día, las avefrías se han adaptado al hombre y a la pérdida de tierras que conlleva, y también crían en campos y praderas. Su nido consiste en un hueco en el suelo en el que suelen poner cuatro huevos.

Las avefrías son migrantes parciales. Algunas pasan el invierno en Alemania cuando el tiempo es suave, mientras que otras emigran a zonas de invernada en Francia, España, Gran Bretaña y los Países Bajos. Las maniobras de vuelo durante la época de celo son impresionantes: los "malabaristas del cielo" hacen bucles sobre su territorio, se abalanzan hacia el suelo en acrobáticas maniobras de vuelo y cantan audiblemente desde lejos. Los machos de avefría también intentan convencer a la elegida de sus cualidades para construir nidos con el llamado "simulacro de nidificación": arañan pequeños huecos en el suelo y arrancan hierbas.